30 octubre 2008

Con suerte, nunca es tarde





"Dale al play"

Lo primero que vi al despertar fue el móvil, había pasado casi una hora desde que sonó la alarma. Me olvidé de lo que te prometí. Arrepentido, profundamente, te recordé apoyada en el marco de la puerta sonriendo, diciendo que ya no te quería, con una basta dignidad propia de gatos. Mi cara de idiota lo decía casi todo, pero tú, oráculo, ya sabías que nunca me angustié lo suficiente como para hacerte caso, y veía venir el fin, pero era mejor ignorarlo. Era una de esas cosas con las que uno no quiere molestarse pensando aunque, estás esperando que pasen, pero nunca pasan… hasta que pasan.

Me vestí tan rápido como pude y bajé volando a la calle a buscarte con el coche. Llovía… Estaba empapándome. Corrí para ponerme en marcha lo antes posible, no por el riesgo de mojarme, que ya era algo inevitable. Cuando conducía, no tenía muy claro si iba movido por el miedo a perderte o por miedo a romper con la rutina de cada día, pero un dolor me arrancaba la alegría del pecho y me oprimía los pulmones dejándome sin aire, el corazón me chillaba y pisoteaban mi barriga... los malditos nervios.

Llegué a la estación en apenas 10 minutos y dejando el coche en tercera fila corrí para ver si te alcanzaba. El último tren de la línea 26 había salido momentos antes de que yo llegara y su sitio pronto lo ocupó otro que saldría de allí en 50 minutos. Tu tren se retrasó, pero no lo suficiente, no pude llegar a tiempo, no estuve preparado, para no variar...

Me clavé de rodillas bajo la lluvia y vi cómo la gente pasaba a mi alrededor con sus paraguas, con prisa, desentendidos todos de mi dolor y absortos en sus vidas…
Recordé el momento en que te conocí, aquella primera cita en el parque, el primer beso en tu portal, el viaje a París, los viernes por la noche en tu casa viendo películas de romanos, las madrugadas en el coche.

-Vuelve…

Supliqué mientras lloraba como en ese momento hacían las nubes.
Y pasó un rato, y yo de rodillas, no supe cuánto estuve, hasta que me levanté con los ojos rojos y la cara marcada por un dolor insanable. Antes de salir de la estación, le pregunté al hombre de seguridad que había en la puerta por la hora, quería calcular cuán lejos ibas ya.

- Son las 10:45

¿Qué …?

-¿Le ocurre algo?

Fue entonces cuando comprendí que no estaba todo perdido, había olvidado cambiar la hora la noche anterior, y en lugar de haberme despertado a las 10:55 lo hice a las 9:55, cuando aún faltaba más de una hora para que arrancara el tren.

Estúpido, observé que en ese instante te bajabas de un taxi con tu paraguas y una maleta. Volvías a Bilbao, y yo no iba a permitirlo. Corrí hacia ti con mi aspecto demacrado, mi ropa mojada, mis ojos empapados en lágrimas y en lugar del anterior llanto, una mueca muy parecida a una sonrisa debida a la ironía y a la comicidad de lo que me había pasado.

Me recibiste fría, como el verdugo cuando asesta el último golpe al condenado, y con la certeza de saber que ibas a escuchar un estúpido perdón, y estabas segura de que no iba a sorprenderte y yo también, de modo que… intenté hacerlo lo mejor que pude

-Vámonos a vivir… juntos.

-…


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29 octubre 2008

En compañia de...


[La soledad es como un suplicio ingenioso de la naturaleza que hace que nos encontremos con nosotros mismos para poder valorar a los demás]

No es un buen día, ni siquiera un buen mes.
La odio, me odio.

A ratos la extraño, otras veces quisiera borrarla.
Me acostumbré a su compañía, pero cada día la detesto más.

Es mi musa, pero también mi infierno interior.
Es la que más horas ha pasado conmigo, pero no deseo su compañía a nadie.

Hoy, quisiera borrarte y cambiarte por algo de atención.
Me siento solo, Soledad, y sólo estas tú para acompañarme...

27 octubre 2008

Mi pecado capital


Con las piernas abiertas, te apoyas contra el cabecero de la cama y esperas a que acerque mi boca a tu ombligo. Te estremeces y tu piel se eriza con el tacto frío de mi lengua, acabo de escupir hielo en el vaso. Adoro ver cómo te retuerces y tus brazos se agarran fuertes a la almohada, cómo aprietas los dientes y tus piernas bailan en el aire y tú no puedes… ni moverte. La humedad acaricia mis labios y mi lengua, ahora más templada, recorre cada uno de tus pliegues repartiendo besos, con mis labios, a cada rincón cálido de tu cuerpo. Tu pecho, firme, resiste los pellizcos suaves con que mis dedos te castigan y mi otra mano acaricia tus piernas que, en breve, temblarán como nunca antes las había hecho temblar nadie y todo tu cuerpo y tu esencia se perderán en mi boca.



No existe lujuria moderada, y yo sueño con esto todos los días, todo el día…


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25 octubre 2008

La angustia

En la cantina el viejo se sienta, como cada noche, en una banca al final de la barra en el fondo del bar. Enciende su cigarro y absorbe lentamente la primera calada de humo, más nostálgico, más cansado y más viejo a cada segundo. El anciano taciturno, en guerra contra todo el mundo exterior, confiesa haber burlado al destino y su encarcelamiento se hace más angosto bajo la piedra en la que se oculta, y se le clavan en el costado los pecados torcidos y sus recuerdos le aletargan la razón intermitente que creyó perdida. En su copa contempla el reflejo de dos amores ciegos que jugando al amor quedaron enfrentados hasta el fin de los tiempos. A su lado, la soledad sentada mete más cizaña, detrás su pasado y ella se agarran de la mano susurrando antiguas mentiras, pero él levanta la cabeza y espera que llegue la misma mujer de siempre, que ahora entra por la puerta, la vieja angustia.


"Hay crisis en el lado mojado del desierto,
hay crisis del petróleo, del pan, del porvenir,
hay crisis en la Meca y en la oración del huerto,
el crack, la discoteca, las ganas de vivir."


J. Sabina

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23 octubre 2008

Luces de sombra


Marcando huellas de paz
en un mundo rodeado de sombras,
usando mi propia luz
para salir de las tinieblas.

Tengo miedo, no sé salir.
Creo que estoy en un laberinto
rodeado por mis temores,
corriendo sin sentido
como un ratón de experimentos.

Navego en mi propio mundo
de colores desconocidos,
intentando no naufragar
y ahogarme en mis pensamientos.

Dos suspiros y un guiño
son mi pan de cada día.
Intento seguir en pie...
pero no me atrevo a mirar mi horizonte.

21 octubre 2008

Dirección a Nunca Jamás



Querido Peter,


Ha volado mi tiempo, a diferencia del tuyo, desde la última vez que te ví correr detrás de tu sombra. Nunca olvidaré cómo llegamos a Nunca Jamás: "Sólo tienes que torcer por la segunda estrella a la derecha y después todo recto hasta la mañana". Te creímos y pudimos hacerlo.


Volviste una vez y conociste a mi sobrina, Jane, la hija de Wendy. Te la llevaste contigo y recuerdo haber visto en sus ojos, cuando me contaba sus historias con los niños perdidos, la misma ilusión que antaño invadió mi corazón. Sólo una vez más volví a saber de ti, pero no regresaste como prometiste, supongo que nunca entendiste por qué nosotros elegimos crecer. Yo sí te entendía a ti, como comprendí el mensaje en aquel papel rojo sangre que le escribiste a Wendy.


Ya hace mucho de todo eso y no queda nadie de los que fuimos en aquel primer viaje, sólo tú y yo, y Campanilla supongo. Deseé que algún día hicieras camino andando hasta aquí y dejaras de volar, pero entendí que tú ya habías encontrado tu lugar y más de una razón para no crecer. Y hoy, me abrazo por última vez a mi osito, compañero durante toda mi vida, y te lo regalo junto con la ilusión con la que he ido dando cada paso cada día. Te lo regalo porque este osito formó parte de mi principio y lo hará de mi final, como verás, está mucho más viejo que aquella vez, igual que yo, pero quizá te enseñe algo que yo aprendí hace años gracias a él.


Besos y abrazos,


Michael.


Esta carta la encontré en mi mesa una noche en que me desvelé, junto al sobre había una canica, un demacrado aunque conocido osito marrón y una pequeña nota vieja y sucia de color rojo con un corazón de tinta negra, abajo, un nombre, “Peter Pan”, y por detrás una frase agazapada con varias palabras corridas por algún líquido incoloro “Lo siento, pero aún no he tenido valor”. Seguramente fueran lágrimas de Wendy. Lo que no supo ninguno jamás es que por fin encontré una razón para crecer.



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20 octubre 2008

Corazón de bombón





Tengo recuerdos de un país lejano, pasado el charco. Te he visto amanecer por el mar, como en un sueño, lucir tu sonrisa destellante por la calle, como el neón de las fachadas. Y he visto cómo te acercabas a mi, de blanco en un sueño, corrigiendo lo escrito, y a mi sostenerte la mano y el papel, feliz. Preferí no restar años ni sumarlos, preferí contar a partir de ya.


Tengo sueños de recuerdos que no tengo. El sol asfixia al destino y la lluvia no calma el fuego que hay en mis ojos ardiendo bajo tu piel. Y mi lengua y mis oídos y mis manos con el deseo incandescente de agarrarse a ti como se agarra una hoja al viento, y dejarme llevar…


Dime amor, en qué momento se cruzó mi bici con tu tren. Me da miedo pensar si ‘no’ y si ‘sí’. Pero apuesta esta noche y juguemos la partida, en esta ciudad sin Ley voy a quererte y me da igual perder, hoy es sí o sí, y mañana puedo serlo también.


Corazón de bombón, me pasa que me duelen ya las ganas de comerte los labios; sucede que me olvido de ti un minuto y te recuerdo los dos siguientes; ocurre que no sé dónde te metes y que me voy y vuelvo y que te vas y vuelves; pero pasa que esta vez mi mecha va rápida y corta, y prendo y exploto.


(‘Boom’)


¡Y pensar que aquella noche te desnudé, ay! Aunque no sé muy bien cómo lo hice, lo volvería a hacer.


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15 octubre 2008

Fotografías


Me gusta retener momentos.

Segundos que sin esa pequeña pincelada se perderán para siempre, pero que sin embargo, podemos conservar hasta la eternidad y rememorarlas siempre que queramos.

Momentos de nostalgia, de felicidad, de soledad...
Recuerdos bonitos, tristes, de paisajes o de personas, de vivencias...

Devolver a tu mente el olor de aquella flor tan hermosa, llorar al ver la cara de un viejo amigo que, con el paso inexorable del tiempo, ha dejado de formar parte de tu vida.

Son caras, movimientos...son una explosión de sentimientos en cada imagen plasmada.
Son mejores que una grabación, pues los recuerdos que te evocan, no hay máquina capaz de reproducirlos.

Mi delirio son los paisajes. Lugares que son únicos ya que cada día hay algo que cambia en ellos y, a largo plazo, pueden incluso desaparecer.

Retratar el melódico vuelo de una mariposa adornando de colores el viento, enfocar las flores cuyos pétalos conquistan, con su olor, a personas y lugares.

Mientras existan cámaras, podremos maravillar al mundo con esas humildes imágenes que, aun siendo sencillas, pueden llegar a ser espectaculares.


"Solo se fotografía bien aquello que se ama y aquello que se odia."

10 octubre 2008

Y no me cansaré...


He estado dándole muchas vueltas, muchas más de las que piensas, y he decidido que no voy a dejarte escapar tan fácilmente.

Desde que te conocí, ya sabía que eras distinta al resto del mundo, y aunque mi timidez a veces pueda conmigo, lo que pienso que puede haber tras ella es tan grande que prefiero jugármelo todo a ganar o ganar.

Soy un tonto enamoradizo, que más te puedo decir, pero de la forma que me fijé en ti no hay ser humano que consiga explicarlo.

Me han dicho que lo mejor es una de cal y otra de arena, pero no puedo, no es mi forma de ser. Hoy, hoy ha sido el día cuando me he terminado de dar cuenta de que si sigo dejándote escapar, un día te irás, y entonces no tendré ya nada que hacer.

No te prometo la Luna, ni siquiera pasar buenos momentos cada día, pero solo puedo pedirte que me creas cuando te digo que, si me dejas, invadiré tu corazón y lo haré mío, porque nadie en este mundo sabrá amarte de esa manera.

Basta de novios equivocados y malas experiencias, no quiero ver ese dulce sabor a miel en los labios de otro.

Porque cuando uno va a por todas, podrán salir bien o mal las cosas, pero al menos estaré contento por haberte ofrecido mi mejor versión.

[Quiero que me quieras...porque quererte quisiera]

09 octubre 2008

Hay días (Parte 2)



Carlos se levanta y va a buscar en el minibar una botella de champán del 98. Agarra dos copas que hay en la misma mesilla donde está el minibar y le señala el jacuzzi a la muchacha. Los dos se bañan juntos rodeados de espuma y brindan con sus copas cargadas también de pompas que juguetean en sus bocas, que pasan de una lengua a otra en cada beso, y de unos labios a otros, y de una piel a otra.


Hicieron el amor en el jacuzzi, sobre la cama, en el suelo, fuera en el balcón, con fresas y nata, con chocolate… Sudaron esa noche un sudor fresco, como agua, y bebieron el aire de los besos que no encontraban piel y, perdidos, naufragaban por la habitación.


Cuando se despertó, abrazada a él seguía aquella muchacha, risueña, exhausta, despierta desde hace un rato, pensativa y delicadamente feliz. Él sonrió, y acariciándole el pelo le dijo


-Esto hay que repetirlo.


La chica apretó fuerte los dientes y deseó que su realidad hubiese sido otra, que la razón por la que ella estaba allí se quemara y ese fuego hubiese pasado a ser sólo humo, que su realidad hubiese pasado a ser sólo humo… Deseó que aquello fuera cierto, y que pudiera repetir cada noche con el mismo tipo. Y envidió profundamente a la esposa de aquel caballero, tal era el sentimiento que había despertado en ella, que quiso la vida que se le escapara una lágrima y rodara por la sábana, hasta el suelo.


-¿Por qué…?

- ¿Por qué qué?

- …


- Entiendo. Verás… Mmm… Digamos que la responsable de que yo lleve un anillo en la mano derecha me dejó plantado hace unas horas en el altar, justo antes de colocármelo. Y yo, egoístamente, he pensado que me merecía una Noche de Bodas de ensueño, y así ha sido.


La joven lo miró a los ojos, y se le saltaron un par de lágrimas más, se agarró fuerte a él.


-Espero que no estés furiosa por lo que te he dicho.


Ella no dijo nada. Él se levanto, cansado y confuso, desnudo, recorrió la habitación hasta llegar a la silla donde yacía la chaqueta. La muchacha entendió por qué el esmoquin, por qué el Mercedes adornado, por qué la suite reservada.


-Te llevaré a casa y no te preocupes por el dinero, aquí tienes.


La muchacha, sentada en la cama, cubierta torpemente por las sábanas negras, hizo un esfuerzo por coger el dinero. Y teniéndolo en la mano pensó que más ilusión le hubiera hecho que la besara.


La joven siguió callada. Se vistieron y bajaron. Se montaron en el coche. A pesar de todo, se sentía dichosa y afortunada. Pero su gesto aún se reflejaba pálido y triste. Le indicó cómo llegar hasta su casa. Y una vez hubieron llegado, antes de bajarse ella, él le dijo


-Te pareces mucho a ella, pero tú eres mucho más hermosa, y no me has causado dolor alguno. Espero que volvamos a vernos.


La triste chiquilla sonrió por fin y le besó en la comisura de los labios, se bajó del coche y entró en su casa sin decir una sola palabra. Abrió la puerta, y cuando la cerró, suspiró


-Dios mío…


Esa misma noche, a la misma hora, en la misma esquina, allí fue él con el mismo Mercedes blanco, escuchando como el día anterior, la 90.1, donde sonaba en aquel momento Manolo garcía con sus “Pájaros de barro”.


Ella no apareció. Si algún día la veis, decidle que le he escrito una historia en un blog.



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05 octubre 2008

Todo lo bueno tiene un riesgo


Porque nunca se tienen todas las respuestas y duele no poder aprenderlas.


Necesito vivir, necesito...algo más.


Quiero nuevas experiencias, pero tengo miedo a enfrentarme a ellas.


Quizá no esté preparado, quizá mi destino sea otro.

03 octubre 2008

Así es la vida


Día 271


Llevo mucho tiempo aquí encerrado, ahí fuera se ha dicho que unas 38 semanas, yo no soy consciente de haber pasado tanto tiempo. Tampoco recuerdo qué era de mi antes de esto. Lo único que sé es que no voy a abrazar a la muerte… porque intuyo la vida.


A menudo, doy patadas contra la pared de mi celda y oigo gritos desde fuera, otras veces, risas. Vivo, vivo con la incertidumbre de no saber qué pasa a mi alrededor. Por momentos, me da la sensación de que todo gira en torno a mi pero otras veces siento como si se hubieran olvidado completamente de que existo.


Me surgen dudas y preguntas pero nadie aparece y a nadie puedo preguntar. Voy experimentando cambios poco a poco y misteriosamente voy ganando peso, cosa que agradezco a quien se lo tenga que agradecer.


Hoy detecto mucho movimiento, oigo más voces de las que acostumbro y estoy nervioso, quiero salir de aquí. Empiezo a escuchar voces de dolor que retumban en mis oídos. El eco me ahoga el llanto y es muy poderoso. Quiero salir de aquí, no aguanto más. Espera… Parece que…¡La puerta se está abriendo! Una luz que cada vez se hace más grande. Ahh… No puedo ver… Ya casi estoy. Ya casi salgo. Oigo gritos. ¿Qué es esto? Hay mucha gente enorme y rara, todos pendientes de mi. Ayudadme a salir, por favor. Con cuidado…


Ya estoy fuera, ¿pero qué?El que parece el jefe de toda la gente rara me coge de las piernas y me pone bocabajo ¿qué van a hacerme?, ¡me está golpeando el trasero!... Toso un poco y pienso: ¡Tú! Deja de darme cachetadas en el culo y ¡méteme en la incubadora YA!


Ahora lo cuento riéndome, jeje, pero antes de que me colocaran en la cuna estaba muy asustado.


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02 octubre 2008

Hay días (Parte 1)


Pasada la medianoche, ella espera, como cada noche, en aquella esquina, tan joven y radiante… apoyada sobre una pared mugrienta de un edificio suburbial, con un vestido negro cuya falda tapa ligeramente sus muslos y un escote en la espalda que deja entrever el paisaje donde sueñan poder correr las manos más desesperadas, y las menos también.

Aparece al final de la calle el primer coche, un Mercedes blanco con adornos de cinta blancos, como en las bodas, con la música a todo volumen, ¡menuda casualidad! En la 90.1 suenan los Burning con su clásico tema. Se para enfrente de la joven, el hombre baja la música y asoma la cabeza por la ventanilla

-¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este? Anda sube

Ríen los dos. La muchacha se monta en el vehículo y observa detenidamente al conductor. Esmoquin negro, camisa blanca, pajarita torcida, unos 26 años, muy atractivo, luciendo en su muñeca izquierda un antiquísimo Glashütte Original. En su mano derecha, un anillo. “Está casado”, pensó, “como tantos otros”. Iba algo bebido, pero la chica no se asustó.

El tipo no paró de hacer bromas y chistes durante el trayecto. La joven ya había visto de todo antes, pero esto no era algo a lo que estuviera acostumbrada. No era típico en un hombre que sale a estas horas de la noche buscando compañía, el que se preocupara en hacerla reír y sonrojarla con los piropos más originales que jamás haya oído decir. Como si los hubiera preparado para ella un rato antes de aparecer con el coche.

Llegaron a un hotel cinco estrellas - gran lujo. Él bajó primero y le abrió la puerta. “Menudo tío…”. Pensó ella, sorprendida. Les sostuvo la puerta de la entrada un chico de traje y con la corbata un poco desanudada -normal dado la hora que era, estaba a punto de cambiar el turno e irse a casa -.

-Pasen, por favor

Llegados a la recepción, el joven se acercó al recepcionista del hotel, sin soltar la mano de su acompañante, y dijo

-Tengo una suite reservada a nombre de Carlos De Guevara

-Muy bien Señor, ya recuerdo. Tome… y enhorabuena.”

Dijo esto el recepcionista y les guiñó un ojo y la muchacha, extrañada, se quedó con ganas de preguntar. Pero no lo hizo. Subieron hasta la suite. Una vez dentro, la joven se asombró de tanto lujo. Un jacuzzi, un balcón con unas vistas espectaculares de la ciudad, una cama redonda enorme con unas preciosas sábanas negras y cojines rojos. No podía creerlo…

Él se quitó la chaqueta y la dejó sobre una silla. Se deshizo de la pajarita echándola a volar tras una mesa gigantesca que había en una esquina de la enorme habitación. Sentó a la joven a los pies de la cama, y con cuidado le quitó los tacones. Se ayudaron a quitarse la ropa, ambos.

Desnudos, los dos, rodaron besándose por el suelo como dos desesperados. De repente dejaron de dar vueltas y él encima de ella, como cuando un león tiene a su presa acorralada y está a punto de asestar el último golpe, dice

-Un momento…


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01 octubre 2008

Nada es gratuito


Cuando quieres conseguir algo, has de dar siempre lo mejor de ti y un poquito más.

Cuando tienes una meta, hay algo básico que debes tener siempre en tu mente:
'Los obstáculos serán siempre una ayuda para llegar a tu objetivo'

¿A qué viene esta tontería? Pensadlo bien...

Si todo fuera fácil, no tendría mérito el hacerlo. Cuando hay que superar dificultades, empiezas a demostrar que tienes ilusión y que entregarás más de lo que tienes por conseguirlo.

Yo tengo mis metas claras.

¿Las tienes tú?