Tenía apenas 19 años, cuando salí a dar una vuelta con mis amigos. Hacía un tiempo extremadamente cálido aquella noche de verano. Llegamos al bar de siempre y no había casi nadie. Decepcionados, pasada la media noche, fuimos a buscar un sitio en el que sólo había estado uno de nosotros.
Llegamos a aquel antro en pocos minutos. La música no era nada del otro mundo, las bebidas eran caras, pero había un montón de gente.
Apoyado en la barra, la misma discusión de siempre “bebe con nosotros”. “Paso”, pensé… “como siempre”. Me di la vuelta y vi a una chica morena, jugando al futbolín con tres amigas más. Perfecto, me dije. Cuatro para cuatro, aquello era una señal.
Abandoné mi coca cola en aquella barra, escoltada por mis amigos, y me presenté delante de las féminas.
- Buenas noches, esos tipos que veis en la barra, vienen conmigo. Son los mejores jugadores del barrio, y son tan listos como parecen.
- ¿Los mejores? Eso habría que verlo
Rieron las cuatro. Los otros, observaban atentos, Silbé a mi pareja de futbolines para que se acercara y las retamos a una partida. Yo, el portero, como siempre. Mi colega, el mejor delantero. Las niñas pasaron por debajo de la mesa… 9-0, ganamos.
-¡Qué abusones!
Se quejaron entre risas las dos que teníamos en frente. Las otras ya estaban entablando una sencilla y simpática conversación con nuestros amigos, acodados todos en la barra.
Nos estábamos divirtiendo. Cada uno jugando sus cartas, engullendo la noche. Hasta me animé a tomar un ron miel-cola con aquella morenaza de ojos claros. Me fijé en que llevaba una falda vaquera muy corta y un escote por donde asomaba su ropa interior negra… y mi lujuria.
Era simpática, encantadora. Y yo un sobrado, demasiado chulo. Si aquello era un concurso a ver quién se hacía más el “gallito”, yo iba ganando con mis tonterías.
Se fueron todos. Cerramos el bar y en la puerta me dijo “llévame a casa”, y me guiñó un ojo. Sonreí… “¡Claro!”, exclamé con tono de sorpresa y una forzada inocencia que contrastaba con la chulería de antes.
Llegamos hasta su casa y me dijo “puedes aparcar por ahí y así hablamos un poco más. Si quieres…”. Por supuesto que quería. Lo estaba deseando. Primero ella me abrazó sutilmente, parecía que se iba a quedar dormida… pero no. Levantó su cabeza y me sorprendió con un beso, un beso húmedo. Subimos al piso dejándonos llevar por el deseo, parándonos en cada peldaño para… ya sabéis. Al llegar a la habitación me cogió fuerte por el cuello del polo y me dijo… “¿Dónde está ahora mi chulito?”
11 comentarios:
ola!!
bueno, m as pasado el blog x el fotolog...y m a encantado...tienes muxo talento, es genial..m seguire passandoo!!
un besooo
Cyn...*
Uhmmmmm... fotolog? pasarte... yo?¿ jaja ok, debe haber sido A.García porque yo no tengo flog. Gracias de parte de ambos por lo del talento y esperamos q, efectivamente, te sigas pasando ;-)!!!
besosss (K)
Me ha gustado mucho, tiene su picardia y su forma de involucrar al lector hasta el final. Enhorabuena K bien k estas usando tu talento como escritor. Saludos, un beso
Bien escrito Caledor, me ha gustado mucho la pagina, me identifico mucho con lo que escribes.
Nela
Es un placer leer vuestros comentarios. Para eso se hace todo esto, para escucharos a vosotros/as también.
Yo tengo la costumbre de responder a los comments porque siempre que alguien habla hay que responder, no?
Por eso, si alguien lanza una primera voz, entre todos pondremos la segunda, autores o invitados(vosotros).
Siempre que lo estiméis oportuno, podéis decir y/o preguntar lo que queráis.
Un saludo,
Caledor
holaa no sen qien eres... xro me gusta lo q escribess...
/ninia_morenica
Gracias y bienvenida!
Saludos
mu weno!! se la llevo a la cama?? pepe_er_canio
Que cada uno imagine su propio final...
La segunda parte de esta historia pronto se publicará.
ansiosa de leer la segunda parte, saludos, un beso
Ansioso de que la leas, Nela, pues ya está colgada... y siendo esto así, espero que pepe_er_canio haya encontrado la respuesta a su pregunta ... XD
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