16 diciembre 2008

De los milagros que esconde la esperanza



Hola cariño,

Primero de todo, quería pedirte perdón por haberte mentido, como ya sabrás, el avión no salía a las nueve de la noche sino de la mañana. Nunca me gustaron las despedidas, y pensarás que es injusto, pero no pienso volver. Ya habrás leído la nota que te dejé en el living.

Olvidaste la cartera, es gracioso porque pasaron quince minutos después de que te marcharas, coloqué la hoja y me fui, y durante ese período de tiempo no te acordaste de volver a por ella. Calculé que estarías en la oficina. Tuve que bajar las maletas las dos plantas porque algún vecino me quitó el ascensor y no quise esperarme, quise desaparecer cuanto antes de allí.

Espero, por Dios, que llegue el día en que me perdones, aunque sé que no me libraré de tu odio eterno, que me prometiste en caso de huir como lo estoy haciendo ahora. Pero lo siento, no voy a condenarte también a ti por esto, iré a la clínica del Dr. Weber tal y como me recomendaron, pero me conoces y sabes que no creo en los milagros, así que no conservo muchas esperanzas. Y es por eso, por lo que me voy.

El avión desciende y con él mis ganas de volver caen en picado, no puedo decirte en un párrafo todas las cosas indescriptibles por las que sería capaz de tomar el control del avión a la fuerza y dar la vuelta para poder darte siquiera un último beso.

Ha sido poquísimo el tiempo que hemos compartido juntos, y tengo que decir que han sido los mejores meses de mi vida. Duelen mucho las cosas que tiene la vida, duelen infinito, pero estoy seguro de que tú serás capaz de encontrar a alguien a quien amar toda la vida y yo pasaré a estar en tu memoria, como uno de los recuerdos felices y egoístas que se volaron una mañana como se escapan los folios por la ventana cuando entra una racha de aire impetuoso.

El vuelo ha ido genial, he llegado bien y sólo me queda recoger las maletas. Estoy sentado frente a la cinta transportadora y a mi lado, dando saltos con una consola de bolsillo en la mano, hay un niño vestido con ropa cara, como bromeaste vestir un día a nuestros hijos, si los teníamos, tan “pijitos” como su padre, además, da la casualidad de que este niño tiene los mismos ojos que tú, unos ojos del color del mar, como yo digo.


(Ya tengo conexión Wifi, menos mal)


Te quiero


“Enviar”


“El E-mail ha sido enviado correctamente”


Cierro el portátil y me levanto con los ojos empapados en lágrimas. “Tengo tantas cosas que decirle”, pienso mientras cierro los ojos y suspiro. Han sido muchos los momentos y muy intensos los que he pasado con ella, y han sido tantas y tan fuertes sus promesas, tan alentadoras, tan esperanzadoras, más de lo que un tipo como yo está acostumbrado a escuchar que van a hacer por él, y más de lo que mi alma rota, desalentada y desesperanzada puede soportar. En serio lamento que pueda pensar que no confié en ella, y en su Palabra, pero no es justo y sé que nunca va a entender que hago todo esto porque siempre quise lo mejor para ella, lo más fácil. Soy un cobarde.


Apenas cinco minutos después, una vibración en el bolsillo que no me sorprendió del todo:


- Un mensaje de texto recibido Hoy a las 17:34. Es de ahora mismo.


Leo en voz alta


“Eres un cabrón, y te odio…”


Paro de leer un segundo, aunque sigo mirando el móvil, alguien se ha parado delante de mi. Esos zapatos, esa falda, esa blusa, es ella. ¿? Me sonríe. Termino de leer el sms


“… pero no pienso romper mi Palabra: estaré contigo siempre, pase lo que pase. Te dije que no te podrías escapar tan fácilmente de mi.”


-¿Cómo lo has…?


-…


- Volviste a por la… La del ascensor eras… ¡madre mía…! Pero, ¿cómo has llegado hasta aquí?


-...


(Risitas)

.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Te lo dije...Deberias haberme creido.

Yeli dijo...

Quien puede con el destino de las almas gemelas???
Un abrazo
Yeli

Anónimo dijo...

que bonito!! pero hay cosas que no me terminan de cuadrar... tu no estabas soltero??? jajaja... muy buena la historia, como siempre...
Sophie

Antonio dijo...

Claro que estoy soltero, pero no sabía que tú lo supieras... No conozco a ninguna Sophie.

silvia dijo...

Sabes lo indescriptible de tu relato... la mirada del chico cuando poco a poco va subiendo por los pies de la chica hasta llegar a sus ojos...

Anónimo dijo...

no me conoces, pero sé que estás soltero por un comentario de hace ya bastante tiempo en otro texto que escribiste y creo que una chica de Madrid te preguntó... alegra saber que lo estás... porque hace aún más romántico el relato ya que no es algo que estés viviendo... aunque claro, quizás es algo que has vivido, me equivoco??...
Sophie

Caótica dijo...

hace tiempo que leo este blog, llegue a el a traves de propaganda fotologistica como yo le llamo. yo solia poner mis textos en el fotolog pero la gente pasa d leerlos, no tiene sentido por eso m he creado un blog... por cierto, esk sois dos los k escribis o como va?

Antonio dijo...

Empiezo por el final: sí, somos dos amigos. Gracias por el dato de que tienes un blog, endina, no dudes de que me pasaré a echarle un vistazo ;)
A Silvia, a Yeli, y al primer anónimo... hay comentarios que son auténticos regalos, por la razón que sea, así que muchas gracias.

Y a Sophie, en ningún momento dudé de una extraña relación entre Sylvie, la chica de Madrid, y tú, más interesadas en mi vida privada que en lo que léeis. Sinceramente, no te voy a decir lo que pienso, pero me frustró pensar que lo que no te cuadraba del texto era si yo estaba o no soltero... tiene sentido que preguntes eso? Ninguno, y sí que te equivocas. Ah, y a la próxima, Samantha, Jenniffer, Alice, Anastasia... o cualquier otro nombre extranjero que se te ocurra para preguntarme sobre mi vida, mejor me lo preguntas por messenger. No voy a iniciar un debate sobre esto, Media Markt ha llegado a Málaga, sabes? "Yo no soy tonto!"

Besos

Anónimo dijo...

No tengo un nombre extranjero, me llamo Sofía y no conozco de nada a la chica de Madrid,lo que pasa es que he leido prácticamente todos tus textos porque me encantan, tienes una forma de contar las cosas que cautiva a todo aquel que lo lee y hasta ahora no había escrito nada porque no me veía capaz... pero lo de la pregunta era solo una broma, no pensé que te lo fueses a tomar tan mal. Además, creeme, si tuviera tu messenger te lo habría preguntado por ahi.. pero no somos amigos y no tengo ese placer lo siento. No te preocupes, de ahora en adelante me dedicaré como siempre a leer vuestros textos y a no comentar nada más... siento mucho si te ha molestado..
Besos, Sophie

Anónimo dijo...

Hola Alberto y Antonio!! quería que supierais, aunque ya se lo he dicho a Alberto en alguna ocasión, que os sigo desde que empezásteis, que me gustan un montón vuestras historias... tenéis un gran talento para escribir y me encantaría que no lo dejáseis, porque somos muchos los que disfrutamos leyendoos..
Un besito para los dos, Olga

a gritos dijo...

¿Por qué termina bien?
Joe, odio estos finales, porque luego me creo que la vida es así, y yo ya había dejado de esperar esas cosas cuando vago por las estaciones de autobús...