
La monotonía se apodera de mis días y mi voluntad de cambio va mermando con el paso de las horas.
Mandé una carta pidiendo la liberación a mi condena, pero el perdón se lo concedieron a otro...
Añoro mis días felices desde mi cárcel de papel, pintado a conciencia para parecer un hogar.
Busco mi redención entre las páginas de periódico que anuncian cada día un mundo distinto donde todos se integran dentro de un sistema sin personalidad.
Hay momentos en que todo parece ir bien...pero al acabar el episodio, mi antena se apaga y todo vuelve a su lugar...