19 enero 2009

Fábrica de sueños


Es gratificante cuando te confían un gran cubo de mármol para que lo esculpas a tu manera.

Es mejor aún cuando, ese gran cubo, lo divides en piezas más pequeñas e inicias, a partir de ellos, tu particular fábrica de sueños.

No hay prisa, tienes tiempo para trazar cada detalle.

Coges el primero. Lo miras frente a frente y empiezas a proyectar lo que será en un futuro, cuando tu primer proyecto esté finalizado.

Le entregas tu tiempo, tus horas de sueño, tus ilusiones, tus esperanzas...

Pero, de forma lenta y segura, vas moldeando el resto de esos pequeños cubos de mármol.

Pasan las semanas y, durante el proceso de creación, invitas a algunos amigos para que te evalúen tu progreso, aconsejándote en detalles a mejorar.

Y cada día que transcurre gusta un poco más.

Yo tengo la suerte de tener mi propia fábrica de sueños.

Comenzó en septiembre y, a día de hoy, se empiezan a vislumbrar piezas de coleccionista.

Cada pieza es un chico, donde entre sus sueños se encontraba formar parte de un equipo lleno de metas por alcanzar.

En su conjunto, mi ilusión, mi sueño cumplido.

Cada día dan un paso más, cada día me siento más orgulloso de haber luchado por ellos.


¿Qué somos? Un equipo.
¿Cómo estamos? Juntos.
¿Cómo nos llamamos? ¡Maristas!

11 enero 2009

Esperanza de humanidad


8'30 am.
Suena el despertador.

Como cada día, me levanto, una ducha y, para terminar de despertarme, un café bien cargado.

Enciendo la televisión para enterarme de las noticias de ayer y me da la sensación de estar siempre en el mismo día.

'20 muertos y 35 heridos en una guerra al norte de Gaza'

'12 inocentes fallecidos a causa de un atentado suicida en Bagdad'

'4 soldados, con diagnóstico muy grave, hospitalizados por la explosión de una bomba'

"Parece una guerra contra la humanidad" -, pienso mientras voy caminando hacia el coche.

Mientras trato de recordar cosas mejores, subo al coche y me pongo en marcha. Como de costumbre conecto el iPod y, como si de una señal se tratara, comienza a sonar 'Habra mejores días'.

Termina la canción y pongo la radio. El locutor resta importancia al resto de noticias, elevando dos de ellas a primer plano.

"Un joven de 25 años rescata de un incendio a una pareja de ancianos y a su nieto, de 4 meses de edad"

"Avalancha de voluntarios de medio oriente acuden a la llamada del gobierno palestino para ayudar a las familias afectadas por los atentados".


Apago la radio, no quiero escuchar más.
Una lágrima empieza a recorrer mi mejilla.

Aún hay esperanzas de volver a ser humanos...

06 enero 2009

Queridos Reyes Magos...


Si hacemos un pequeño repaso a este último año [aunque ya sé que vosotros lo sabéis todo], puedo darme cuenta de que, a pesar de todo, no ha sido tan malo.

Entre canciones y canastas me ha dado tiempo a disfrutar de ciertas personas que ya forman parte de mi día a día. Un garbancito, una caracola, una chica Gallagher y una chica muy muy "fea" [a la que quiero un montón] son algunas de ellas.

Otra cosa buena que ha traído este año ha sido la "culpa" que tuvo cierta persona en convencerme a empezar a escribir más a menudo. Y, como sé que lo va a leer, quiero que sepa que, por su culpa, he aprendido a ver las cosas de otra manera y, en cierto modo, a expresarlas de forma escrita.

Pese a todo, el 2008 no solo ha traído cosas buenas, pero por suerte, no es nada que en el 2009 no pueda arreglarse.

Así que mi lista de peticiones para este 2009 será:

· Seguir rompiendo mi armadura al mundo exterior.
· Dejar volar mi imaginación más a menudo.
· Atreverme a dejar mi timidez a un lado.
· Borrar ese lastre que me impide mostrarme tal y como soy.
· Que mi familia siga igual de bien.

Sé que no es una lista sencilla, pero prometo poner de mi parte para ir tachando las metas cumplidas.

Con cariño [y con la ilusión de un niño].
Alberto García.

PD: No os olvidéis de los deseos de Antonio.

03 enero 2009

Odios de amor


Odio todas tus llamadas inexistentes.

Odio tus respuestas silenciosas.

Odio que solo mires hacia una persona.

Odio todas esas películas de amor donde todo acaba bien.

Odio que nunca me busques tú.

Odio el miedo que tengo a expresarte lo que siento.

Odio que vivas tan lejos.

Odio verte tan guapa cada día.

Odio que seas mi musa lejana.

Odio que, estando tan cerca, estés tan lejos.

Odio adorar esa nariz.

Odio volver a escribir de ti, porque te apropias de mis ideas.

Odio verte suspirar por cualquiera que te regale dos palabras bonitas.


Pero sobre todo odio el no poder llegarte a odiar nunca...