29 mayo 2009

La adicción



Ella lo sabe. Reconoce los demonios… Quizá más gente pueda hacerlo también. Si es así, aún no estoy acabado. Una última oportunidad para intentar huir y otra para torcer las cosas. Necesito un patrón que reúna a todas las víctimas.


( - ¿Eso crees? Estoy segura de que piensas que no hay manera de alcanzar a entender todo aquello por lo que has pasado… que no podré posiblemente imaginar esa… necesidad. Como un millón de bocas iguales, todas susurrando, gimiendo, pidiendo, implorando; un sentimiento que nace y crece como una ola: “Esto es lo que eres…”. Y te encuentras cara a cara intentando batir la necesidad, que grita para ser alimentada: “¡Ahora!”… Esa es la voz, la única voz que te habla por dentro, y eres tú el único que oye esa dichosa voz. Y le perteneces. Eres parte de esa sombra de ti mismo que lucha por hallar la luz en esa oscuridad en que se reprime.


- Lo siento, pero tengo que irme. Gracias por los donuts. )


Esto es muy arriesgado. No puedo continuar con las reuniones. Debo concentrarme en lo verdaderamente importante. Si sigo aquí acabaré confesándolo todo. Ella tendrá que entenderlo.

- Te has perdido la peli de los niños. ( Sonríe, cansada)

- Estuve en la reunión.

- Gracias…



. from: An inconvenient lie...

No hay comentarios: