09 enero 2010

Magia al despertar


Despierto.
Asombrado, miro a mi alrededor y encuentro cientos de fotografías pegadas por las paredes de mi habitación.
Me levanto, aún resacoso de la noche anterior [Nota: El vodka, en dosis más pequeñas], y empiezo a observar las fotos más cercanas a mi cama.

Me quedo bloqueado cuando, al mirarlas más detenidamente, me doy cuenta de que son imágenes robadas, capturas de momentos vividos años atrás.
Antes de inundarme de recuerdos, salgo a despejarme un poco.

Pegada en la puerta, una nota. "Vuelve a disfrutar, sonríe". Otro enigma más añadido a una mañana de sorpresas.

Minutos después, algo más espabilado, vuelvo a mi habitación. Miro por encima y eligo la más llamativa.

Me detengo un par de segundos y se me escapa una pequeña sonrisa.

Irlanda, año 2005. Mi primer viaje fuera de España sin mis padres. En la foto aparecemos una amiga y yo en un puerto. Ella ha sido una de las personas más importantes, aunque la tengo algo abandonada. Sé que está cumpliendo sus sueños, va por el buen camino.

Dejo la foto donde estaba y voy en busca de alguna otra que me llame la atención. No sé cuál escoger, todas traen buenos recuerdos a mi mente. Quien las haya escogido, me conoce bastante bien.

Mayo del '92. Un "renacuajo" descansa en una cuna de madera. Mi hermano. Mi antigua casa. Mi vida sin preocupaciones.
¿Qué puedo decir de él? Lloraba cuando era chico, y sigue igual con 17 años más, pero le tengo el mismo cariño desde el momento en que nació.

Principios de Enero del 2006. Uno de los mejores momentos de mi vida. Pasada la magia material de la Navidad, aparecen los verdaderos milagros.
Abrir puertas a veces te trae sorpresas. Aquella puerta chirriante de la academia me trajo el mejor regalo que uno puede esperar: Un 'amigo'. Todo aquello que uno ansía encontrar a lo largo de su vida, alguien que esté en los malos momentos [en los buenos, hay gente de más] y tenga siempre una palabra con la que animarte, me esperaba detrás de una pared.
Hoy, nos acompañamos de las letras para desahogarnos, es..."mi otra voz".
Gracias [pienso para mí], a quien corresponda, por un regalo que durará años y años.

Pasan las horas y no me canso de volver a recordar viejas imágenes que, en un segundo, te hacen volar hacia sentimientos que parecían perdidos, extraviados.
Viajes a Disneyland, rutas montañosas, amigos inseparables, risas incontrolables y lágrimas que brotan al aceptar que esos momentos ya se fueron...

Se hace la noche y, cuidadosamente, voy guardando cada foto en el álbum. Un álbum con nombre. 'El espíritu eterno'. Como todos los momentos de felicidad que aún faltan por capturar.


Por aquellas personas que cuidan del resto del mundo.
Que las sorpresas y la magia de la felicidad nunca decaigan.

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