
Si algún día encuentras la cuerda que rompí mientras te cantaba mis canciones, regálamela que la quiero para mi cuarto de soñar bonito. Eso es todo. De vez en cuando tu "no me esperes porque no te espero" y mi "no estoy tan solo" y yo nos quedamos esperándote, abrazados los tres. Y antes de irme a dormir, echo el pestillo, bebo agua, ceno algún yogur, y me dejo en el baño la nariz y el carnet de identidad, y gotas de más: lágrimas, sudor y sangre.
Eres justo lo que no soñé, sin exactitud, claro. Lo que yo soñé era algo más como... ¡yo qué sé! Si lo que quiero es olvidar... ¿Por qué es tan grande el olvido? Si tú y yo no somos ni parecidos y aunque los bancos donde nos sentábamos sigan siendo los mismos, tú y yo, los de antes, ya no somos los mismos.
Quedamos en eso, ¿vale? Tú encuentras la cuerda que rompí mientras te cantaba mis canciones y yo te regalo mi música para que te la pongas. Tumbados en la orilla, la espuma y el agua nos llegarán hasta los dedos de los pies y yo te daré de un tirón todos los besos que te debo. No te olvides de mi y no tires mi pañuelo. De vez en cuando, te asomas desde tu ventana, que paso por tu casa todos los días. Si decides no hacerlo, no me escribas sólo pretextos, que he sido muy feliz contigo a pesar de que yo no era lo que yo quería.
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2 comentarios:
Bien, felicidades, me has hecho sonreir...!
Me gusta, me gusta mucho.
Tus palabras me han transmitido un montón de sentimientos. Enhorabuena por el blog, me parece muy interesante.
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