
30 octubre 2008
29 octubre 2008
En compañia de...

No es un buen día, ni siquiera un buen mes.
La odio, me odio.
A ratos la extraño, otras veces quisiera borrarla.
Me acostumbré a su compañía, pero cada día la detesto más.
Es mi musa, pero también mi infierno interior.
Es la que más horas ha pasado conmigo, pero no deseo su compañía a nadie.
Hoy, quisiera borrarte y cambiarte por algo de atención.
Me siento solo, Soledad, y sólo estas tú para acompañarme...
27 octubre 2008
Mi pecado capital

Con las piernas abiertas, te apoyas contra el cabecero de la cama y esperas a que acerque mi boca a tu ombligo. Te estremeces y tu piel se eriza con el tacto frío de mi lengua, acabo de escupir hielo en el vaso. Adoro ver cómo te retuerces y tus brazos se agarran fuertes a la almohada, cómo aprietas los dientes y tus piernas bailan en el aire y tú no puedes… ni moverte. La humedad acaricia mis labios y mi lengua, ahora más templada, recorre cada uno de tus pliegues repartiendo besos, con mis labios, a cada rincón cálido de tu cuerpo. Tu pecho, firme, resiste los pellizcos suaves con que mis dedos te castigan y mi otra mano acaricia tus piernas que, en breve, temblarán como nunca antes las había hecho temblar nadie y todo tu cuerpo y tu esencia se perderán en mi boca.
No existe lujuria moderada, y yo sueño con esto todos los días, todo el día…
25 octubre 2008
La angustia
"Hay crisis en el lado mojado del desierto,
hay crisis del petróleo, del pan, del porvenir,
hay crisis en la Meca y en la oración del huerto,
el crack, la discoteca, las ganas de vivir."
J. Sabina
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23 octubre 2008
Luces de sombra
en un mundo rodeado de sombras,
Tengo miedo, no sé salir.
Dos suspiros y un guiño
21 octubre 2008
Dirección a Nunca Jamás

Querido Peter,
Ha volado mi tiempo, a diferencia del tuyo, desde la última vez que te ví correr detrás de tu sombra. Nunca olvidaré cómo llegamos a Nunca Jamás: "Sólo tienes que torcer por la segunda estrella a la derecha y después todo recto hasta la mañana". Te creímos y pudimos hacerlo.
Volviste una vez y conociste a mi sobrina, Jane, la hija de Wendy. Te la llevaste contigo y recuerdo haber visto en sus ojos, cuando me contaba sus historias con los niños perdidos, la misma ilusión que antaño invadió mi corazón. Sólo una vez más volví a saber de ti, pero no regresaste como prometiste, supongo que nunca entendiste por qué nosotros elegimos crecer. Yo sí te entendía a ti, como comprendí el mensaje en aquel papel rojo sangre que le escribiste a Wendy.
Ya hace mucho de todo eso y no queda nadie de los que fuimos en aquel primer viaje, sólo tú y yo, y Campanilla supongo. Deseé que algún día hicieras camino andando hasta aquí y dejaras de volar, pero entendí que tú ya habías encontrado tu lugar y más de una razón para no crecer. Y hoy, me abrazo por última vez a mi osito, compañero durante toda mi vida, y te lo regalo junto con la ilusión con la que he ido dando cada paso cada día. Te lo regalo porque este osito formó parte de mi principio y lo hará de mi final, como verás, está mucho más viejo que aquella vez, igual que yo, pero quizá te enseñe algo que yo aprendí hace años gracias a él.
Besos y abrazos,
Michael.
Esta carta la encontré en mi mesa una noche en que me desvelé, junto al sobre había una canica, un demacrado aunque conocido osito marrón y una pequeña nota vieja y sucia de color rojo con un corazón de tinta negra, abajo, un nombre, “Peter Pan”, y por detrás una frase agazapada con varias palabras corridas por algún líquido incoloro “Lo siento, pero aún no he tenido valor”. Seguramente fueran lágrimas de Wendy. Lo que no supo ninguno jamás es que por fin encontré una razón para crecer.
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20 octubre 2008
Corazón de bombón

Tengo recuerdos de un país lejano, pasado el charco. Te he visto amanecer por el mar, como en un sueño, lucir tu sonrisa destellante por la calle, como el neón de las fachadas. Y he visto cómo te acercabas a mi, de blanco en un sueño, corrigiendo lo escrito, y a mi sostenerte la mano y el papel, feliz. Preferí no restar años ni sumarlos, preferí contar a partir de ya.
Tengo sueños de recuerdos que no tengo. El sol asfixia al destino y la lluvia no calma el fuego que hay en mis ojos ardiendo bajo tu piel. Y mi lengua y mis oídos y mis manos con el deseo incandescente de agarrarse a ti como se agarra una hoja al viento, y dejarme llevar…
Dime amor, en qué momento se cruzó mi bici con tu tren. Me da miedo pensar si ‘no’ y si ‘sí’. Pero apuesta esta noche y juguemos la partida, en esta ciudad sin Ley voy a quererte y me da igual perder, hoy es sí o sí, y mañana puedo serlo también.
Corazón de bombón, me pasa que me duelen ya las ganas de comerte los labios; sucede que me olvido de ti un minuto y te recuerdo los dos siguientes; ocurre que no sé dónde te metes y que me voy y vuelvo y que te vas y vuelves; pero pasa que esta vez mi mecha va rápida y corta, y prendo y exploto.
(‘Boom’)
¡Y pensar que aquella noche te desnudé, ay! Aunque no sé muy bien cómo lo hice, lo volvería a hacer.
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15 octubre 2008
Fotografías

Segundos que sin esa pequeña pincelada se perderán para siempre, pero que sin embargo, podemos conservar hasta la eternidad y rememorarlas siempre que queramos.
Recuerdos bonitos, tristes, de paisajes o de personas, de vivencias...
Devolver a tu mente el olor de aquella flor tan hermosa, llorar al ver la cara de un viejo amigo que, con el paso inexorable del tiempo, ha dejado de formar parte de tu vida.
Son caras, movimientos...son una explosión de sentimientos en cada imagen plasmada.
Son mejores que una grabación, pues los recuerdos que te evocan, no hay máquina capaz de reproducirlos.
Mi delirio son los paisajes. Lugares que son únicos ya que cada día hay algo que cambia en ellos y, a largo plazo, pueden incluso desaparecer.
Retratar el melódico vuelo de una mariposa adornando de colores el viento, enfocar las flores cuyos pétalos conquistan, con su olor, a personas y lugares.
Mientras existan cámaras, podremos maravillar al mundo con esas humildes imágenes que, aun siendo sencillas, pueden llegar a ser espectaculares.
"Solo se fotografía bien aquello que se ama y aquello que se odia."
10 octubre 2008
Y no me cansaré...

Desde que te conocí, ya sabía que eras distinta al resto del mundo, y aunque mi timidez a veces pueda conmigo, lo que pienso que puede haber tras ella es tan grande que prefiero jugármelo todo a ganar o ganar.
[Quiero que me quieras...porque quererte quisiera]
09 octubre 2008
Hay días (Parte 2)

Carlos se levanta y va a buscar en el minibar una botella de champán del 98. Agarra dos copas que hay en la misma mesilla donde está el minibar y le señala el jacuzzi a la muchacha. Los dos se bañan juntos rodeados de espuma y brindan con sus copas cargadas también de pompas que juguetean en sus bocas, que pasan de una lengua a otra en cada beso, y de unos labios a otros, y de una piel a otra.
Hicieron el amor en el jacuzzi, sobre la cama, en el suelo, fuera en el balcón, con fresas y nata, con chocolate… Sudaron esa noche un sudor fresco, como agua, y bebieron el aire de los besos que no encontraban piel y, perdidos, naufragaban por la habitación.
Cuando se despertó, abrazada a él seguía aquella muchacha, risueña, exhausta, despierta desde hace un rato, pensativa y delicadamente feliz. Él sonrió, y acariciándole el pelo le dijo
-Esto hay que repetirlo.
La chica apretó fuerte los dientes y deseó que su realidad hubiese sido otra, que la razón por la que ella estaba allí se quemara y ese fuego hubiese pasado a ser sólo humo, que su realidad hubiese pasado a ser sólo humo… Deseó que aquello fuera cierto, y que pudiera repetir cada noche con el mismo tipo. Y envidió profundamente a la esposa de aquel caballero, tal era el sentimiento que había despertado en ella, que quiso la vida que se le escapara una lágrima y rodara por la sábana, hasta el suelo.
-¿Por qué…?
- ¿Por qué qué?
- …
- Entiendo. Verás… Mmm… Digamos que la responsable de que yo lleve un anillo en la mano derecha me dejó plantado hace unas horas en el altar, justo antes de colocármelo. Y yo, egoístamente, he pensado que me merecía una Noche de Bodas de ensueño, y así ha sido.
La joven lo miró a los ojos, y se le saltaron un par de lágrimas más, se agarró fuerte a él.
-Espero que no estés furiosa por lo que te he dicho.
Ella no dijo nada. Él se levanto, cansado y confuso, desnudo, recorrió la habitación hasta llegar a la silla donde yacía la chaqueta. La muchacha entendió por qué el esmoquin, por qué el Mercedes adornado, por qué la suite reservada.
-Te llevaré a casa y no te preocupes por el dinero, aquí tienes.
La muchacha, sentada en la cama, cubierta torpemente por las sábanas negras, hizo un esfuerzo por coger el dinero. Y teniéndolo en la mano pensó que más ilusión le hubiera hecho que la besara.
La joven siguió callada. Se vistieron y bajaron. Se montaron en el coche. A pesar de todo, se sentía dichosa y afortunada. Pero su gesto aún se reflejaba pálido y triste. Le indicó cómo llegar hasta su casa. Y una vez hubieron llegado, antes de bajarse ella, él le dijo
-Te pareces mucho a ella, pero tú eres mucho más hermosa, y no me has causado dolor alguno. Espero que volvamos a vernos.
La triste chiquilla sonrió por fin y le besó en la comisura de los labios, se bajó del coche y entró en su casa sin decir una sola palabra. Abrió la puerta, y cuando la cerró, suspiró
-Dios mío…
Esa misma noche, a la misma hora, en la misma esquina, allí fue él con el mismo Mercedes blanco, escuchando como el día anterior, la 90.1, donde sonaba en aquel momento Manolo garcía con sus “Pájaros de barro”.
Ella no apareció. Si algún día la veis, decidle que le he escrito una historia en un blog.
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08 octubre 2008
05 octubre 2008
Todo lo bueno tiene un riesgo
03 octubre 2008
Así es la vida

Día 271
Llevo mucho tiempo aquí encerrado, ahí fuera se ha dicho que unas 38 semanas, yo no soy consciente de haber pasado tanto tiempo. Tampoco recuerdo qué era de mi antes de esto. Lo único que sé es que no voy a abrazar a la muerte… porque intuyo la vida.
A menudo, doy patadas contra la pared de mi celda y oigo gritos desde fuera, otras veces, risas. Vivo, vivo con la incertidumbre de no saber qué pasa a mi alrededor. Por momentos, me da la sensación de que todo gira en torno a mi pero otras veces siento como si se hubieran olvidado completamente de que existo.
Me surgen dudas y preguntas pero nadie aparece y a nadie puedo preguntar. Voy experimentando cambios poco a poco y misteriosamente voy ganando peso, cosa que agradezco a quien se lo tenga que agradecer.
Hoy detecto mucho movimiento, oigo más voces de las que acostumbro y estoy nervioso, quiero salir de aquí. Empiezo a escuchar voces de dolor que retumban en mis oídos. El eco me ahoga el llanto y es muy poderoso. Quiero salir de aquí, no aguanto más. Espera… Parece que…¡La puerta se está abriendo! Una luz que cada vez se hace más grande. Ahh… No puedo ver… Ya casi estoy. Ya casi salgo. Oigo gritos. ¿Qué es esto? Hay mucha gente enorme y rara, todos pendientes de mi. Ayudadme a salir, por favor. Con cuidado…
Ya estoy fuera, ¿pero qué?El que parece el jefe de toda la gente rara me coge de las piernas y me pone bocabajo ¿qué van a hacerme?, ¡me está golpeando el trasero!... Toso un poco y pienso: ¡Tú! Deja de darme cachetadas en el culo y ¡méteme en la incubadora YA!
Ahora lo cuento riéndome, jeje, pero antes de que me colocaran en la cuna estaba muy asustado.
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02 octubre 2008
Hay días (Parte 1)

Pasada la medianoche, ella espera, como cada noche, en aquella esquina, tan joven y radiante… apoyada sobre una pared mugrienta de un edificio suburbial, con un vestido negro cuya falda tapa ligeramente sus muslos y un escote en la espalda que deja entrever el paisaje donde sueñan poder correr las manos más desesperadas, y las menos también.
Aparece al final de la calle el primer coche, un Mercedes blanco con adornos de cinta blancos, como en las bodas, con la música a todo volumen, ¡menuda casualidad! En la 90.1 suenan los Burning con su clásico tema. Se para enfrente de la joven, el hombre baja la música y asoma la cabeza por la ventanilla
-¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este? Anda sube
Ríen los dos. La muchacha se monta en el vehículo y observa detenidamente al conductor. Esmoquin negro, camisa blanca, pajarita torcida, unos 26 años, muy atractivo, luciendo en su muñeca izquierda un antiquísimo Glashütte Original. En su mano derecha, un anillo. “Está casado”, pensó, “como tantos otros”. Iba algo bebido, pero la chica no se asustó.
El tipo no paró de hacer bromas y chistes durante el trayecto. La joven ya había visto de todo antes, pero esto no era algo a lo que estuviera acostumbrada. No era típico en un hombre que sale a estas horas de la noche buscando compañía, el que se preocupara en hacerla reír y sonrojarla con los piropos más originales que jamás haya oído decir. Como si los hubiera preparado para ella un rato antes de aparecer con el coche.
Llegaron a un hotel cinco estrellas - gran lujo. Él bajó primero y le abrió la puerta. “Menudo tío…”. Pensó ella, sorprendida. Les sostuvo la puerta de la entrada un chico de traje y con la corbata un poco desanudada -normal dado la hora que era, estaba a punto de cambiar el turno e irse a casa -.
-Pasen, por favor
Llegados a la recepción, el joven se acercó al recepcionista del hotel, sin soltar la mano de su acompañante, y dijo
-Tengo una suite reservada a nombre de Carlos De Guevara
-Muy bien Señor, ya recuerdo. Tome… y enhorabuena.”
Dijo esto el recepcionista y les guiñó un ojo y la muchacha, extrañada, se quedó con ganas de preguntar. Pero no lo hizo. Subieron hasta la suite. Una vez dentro, la joven se asombró de tanto lujo. Un jacuzzi, un balcón con unas vistas espectaculares de la ciudad, una cama redonda enorme con unas preciosas sábanas negras y cojines rojos. No podía creerlo…
Él se quitó la chaqueta y la dejó sobre una silla. Se deshizo de la pajarita echándola a volar tras una mesa gigantesca que había en una esquina de la enorme habitación. Sentó a la joven a los pies de la cama, y con cuidado le quitó los tacones. Se ayudaron a quitarse la ropa, ambos.
Desnudos, los dos, rodaron besándose por el suelo como dos desesperados. De repente dejaron de dar vueltas y él encima de ella, como cuando un león tiene a su presa acorralada y está a punto de asestar el último golpe, dice
-Un momento…
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01 octubre 2008
Nada es gratuito

Cuando tienes una meta, hay algo básico que debes tener siempre en tu mente:
'Los obstáculos serán siempre una ayuda para llegar a tu objetivo'
¿A qué viene esta tontería? Pensadlo bien...
Si todo fuera fácil, no tendría mérito el hacerlo. Cuando hay que superar dificultades, empiezas a demostrar que tienes ilusión y que entregarás más de lo que tienes por conseguirlo.
Yo tengo mis metas claras.
¿Las tienes tú?